10 chicas sin ningún miedo de ir al Frente
Por Juan Pablo Martínez para el diario día a día - publicado el 05-07-09
“¡Chicas, a ver esos termos! ¿Dónde están las tenazas? Tenemos que empezar trabajar”, decía Verónica Pérez, una de las 10 mujeres que se encarga de hacer los cordones cuneta en la comuna de Juárez Celman, en el barrio Villa Los Llanos. Sí, sí, leyó bien: mujeres que hacen cordones cuneta. Se trata de una cooperativa denominada Mujeres al Frente y tienen una particularidad: no trabajan con hombres.
La entidad comenzó a trabajar en el 2002. Todas sus integrantes recibían planes jefas y jefes de hogar, pero ese año les ofrecieron formar un grupo de trabajo. Renunciaron a los planes, recibieron clases de cooperativismo y comenzaron a desandar su sueño: estar empleadas.“Todo surge por el desempleo. En un principio ninguna de nosotras tenía trabajo, entonces eso nos llevó a tener nuestro empleo actual. Por suerte nos gusta y nos llevamos bien”, dijo Valeria Valles.
El primer proyecto que tuvieron que encarar estas mujeres fue la construcción de un centro comunitario en barrio Norte. Luego de eso, fueron saliendo trabajos en diferentes barrios: “A nosotros nos contrata cada comuna y nos pagan por avance de obra. A su vez, cada municipio recibe plata de la Nación para financiar todos los proyectos. Hay meses que cobramos bien, y otros que no tanto. Por ejemplo, el año pasado no tuvimos trabajo”, comentó Rosa Herrera, la presidenta de la cooperativa.
Dicen sentirse más cómodas solas, sin hombres, y se las nota muy compinches. Si alguna tiene que faltar, la cubren sus compañeras y no se le realizan descuentos en el sueldo. “Nos entendemos muy bien entre nosotras porque somos todas iguales, tenemos familias, hijos, esposos, y sabemos que cuando una tiene algún problema nos tenemos que apoyar”, relató Rosa.
El trabajo que realizan es durísimo: pico y pala en mano, tienen que emparejar las calzadas para que la máquina niveladora comience a operar. Luego, con mezcladoras, tienen que elaborar el cemento del cordón cuneta. Lo colocan en moldes (maderas y alambres que le dan la forma al cordón) y, finalmente, fratacho en mano, deben emprolijar todo. Hasta el momento, llevan 1.200 metros de cordón cuneta construidos y deben llegar a los 3 mil.
Mates calientes.Estas mujeres no se le achican ni al frío del invierno. Según Analía Bazano, una de las chicas de la cooperativa, con un poco de leña alcanza para entrar en calor: “Arrancamos bien tempranito, como a las 8, prendemos un fueguito, nos calentamos las manos y hervimos un poco de agua para los mates. Por lo general trabajamos hasta las 16”, contó la mujer.
“Es un trabajo difícil, pero con el tiempo uno se acostumbra. Empezás a trabajar porque las circunstancias te empujan, pero después uno termina queriendo lo que hace. Además, con esto mantenemos a nuestras familias”, agregó Verónica Pérez, mientras recorría las obras que estaba ejecutando.
Rosa disfruta más las horas de trabajo que el tiempo en su casa. Analía, mientras tiene que levantar el pico, extraña horrores a su hijita de nueve meses. Por otro lado, Verónica tuvo que trabajar con su hijo en el vientre y hoy empuja carretillas con una reciente operación. Son las diferentes historias de estas 10 mujeres de avanzada, que todos los días van al frente y encaran la vida con valentía.
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